Nací con el gen del Wanderlust, y en medio de esta pandemia, ha sido muy jodido sufrir de esas ansias irremediables de agarrar mi mochila y perderme en tierras lejanas, cuando todo lo que puedo hacer es mirar por la ventana a que llegue mi nuevo paquete de Amazon.
Confieso que ya tengo un viaje en mente, con presupuesto, itinenario y demás, esperando la gloriosa venida de tiempos mejores; quiero creer que no es esperanza inútil, es planificación prudente. Así que mientras espero, encontré una alternativa: tours virtuales. !Sip! como lo leen. Es una página web llamada http://www.heygo.com, donde se organizan paseos a sitios a los que sueño conocer algún día.
Tienen 1872 tours en vivo, en más de 341 localidades, conducidos por gente del lugar, con quienes puedes interactuar y hacerles preguntas. No solo son visitas organizadas a un mercado en Marruecos o al castillo de Sintra, también puedes aprender a cocinar una Moqueca Bahiana directamente desde Salvador, aprender del turbulento pasado de Maribor, Eslovenia o bailar salsa en Cartagena. Hasta puedes crear tus propias postales para la posteridad. Sí, sé que quizás no puedo tocar, sentir, oler esas experiencias, pero es una forma de reinventarlas. Y eso es lo que importa.
Si hay algo que esta pandemia me ha enseñado, es que podemos cambiar y adaptarnos a todo aquello que nos lance la vida. Nos lo debemos a nosotros mismos…
Ver las experiencias con un cristal diferente, me ha ayudado a rescatar mi creatividad, en vías de oxidación. Hacer algo diferente y positivo, me aleja de las noticias de muerte y desesperanza que me agobian los días y me espantan las noches.
Prueba hacer un viajecito desde tu cama y escríbeme una postal…